Las estadísticas dicen que más del 90% de los Concursos acaban en liquidación, pero dicha situación se puede evitar presentándolo a tiempo y no esperando a que se haya deteriorado la empresa (incluso el patrimonio personal) hasta límites inasumibles; planificando el concurso adecuadamente y aprovechando los muchos entresijos de la Ley. Un concurso no es una situación deseable, pero hay situaciones peores tales como presentar el concurso habiéndose deteriorado la empresa y el patrimonio personal hasta límites que no permiten maniobrar, habiendo incurrido en responsabilidades penales, etc.

Preguntas como:

• ¿Cuándo debo presentar un concurso?
• ¿Estoy obligado?
• ¿Qué sucede si no lo hago?
• ¿Qué debo hacer antes?
• ¿Qué es lo que no puedo hacer antes?
• ¿Qué es la retroacción?
• ¿Qué es el preconcurso?

Nos las hacen con frecuencia.

Desde el punto de vista del acreedor nos encontramos con preguntas del tipo:

• ¿Qué puedo hacer ahora?
• ¿Puedo evitar que me vuelva a suceder?
• ¿Cobraré algo?
• ¿Qué tengo que hacer para saber qué es lo que sucede en el Concurso?

Nuestra experiencia en más de 100 situaciones de crisis nos hace un despacho idóneo para afrontar estas situaciones.